Calidad del aire industrial: Riesgos, soluciones y monitorización avanzada

06/10/2025
Carlos Fito, Gerente de Seguridad y Tecnologías de Monitorización Ambiental

En los últimos años, la calidad del aire se ha convertido en una prioridad estratégica para empresas de todos los sectores. A la creciente sensibilidad social hacia la sostenibilidad y la calidad ambiental, se suma una normativa cada vez más exigente en materia de seguridad y salud en el trabajo. Prueba de ello, son la nueva Directiva Europea de Calidad del Aire (UE) 2024/2881, donde se incluyen valores límite más estrictos en pro de una atmosfera más limpia y saludable, y los nuevos enfoques del Marco Estratégico de Europeo de Seguridad y Salud en el Trabajo 2021 – 2027, donde se promueve el papel de liderazgo de la UE en la protección de los trabajadores, incluyendo valores límite revisados para compuestos como amianto, plomo o los diisocianatos.

En este contexto, el adecuado control de los niveles de concentración de contaminantes, especialmente agentes químicos, en los entornos productivos, así como un conocimiento adecuado de sus riesgos sobre la salud, resulta clave para prevenir efectos adversos en la salud y la reducción de las enfermedades profesiones. Para ello, la innovación tecnológica en materia de medición y control  permitirá avanzar hacia un modelo industrial más seguro, competitivo y sostenible.

En ambientes industriales existen retos ligados tanto a la evaluación y control de la calidad del aire en ambientes interiores (CAI), en particular en zonas donde no se desarrollan actividades industriales o manufactureras; como en lo relativo a la exposición a agentes químicos y el control de emisiones industriales. A diferencia de la calidad del aire urbano, en los entornos de trabajo el personal pasa gran parte de su jornada en entornos cerrados, donde es necesario contar con medios de control adecuados que garanticen el confort, bienestar, y seguridad y salud de las personas. Algunos de los principales contaminantes con mayor impacto en la calidad del aire interior incluyen partículas en suspensión (fracciones inhalables y respirables), compuestos orgánicos volátiles (COVs), gases como el CO y CO2,  o el gas radón. En entornos industriales destacan agentes químicos como el benceno y el formaldehído, polvo respirable de sílice cristalina, o los humos diésel, todos ellos caracterizados por su potencial efecto cancerígeno.

Fuentes de contaminación en la industria y su impacto en la calidad del aire

Las fuentes de contaminación en la industria son diversas y dependen, en gran medida, de la actividad que se desarrolle. Entre las más relevantes destacan, por ejemplo, la combustión de combustibles fósiles –habitual en calderas y motores industriales–, o los procesos metalúrgicos como soldadura y corte, que generan partículas ultrafinas, humos metálicos y material particulado en fracciones relevantes para la salud. También el uso de disolventes y pinturas, con alta emisión de COVs, en industrias de todo tipo. Estos procesos, si no se controlan adecuadamente, generan una exposición acumulada que puede afectar tanto a trabajadores como al entorno natural.

La monitorización y control de la exposición en los entornos industriales es un factor determinante para garantizar la seguridad y salud de las personas y la eficiencia de los procesos. Cuando no se controla adecuadamente, la presencia de partículas o determinados gases y compuestos volátiles puede influir en la salud de los trabajadores, favoreciendo la aparición de afecciones respiratorias o cardiovasculares, así como dolencias vinculadas al entorno laboral, como el asma ocupacional. Estas situaciones no siempre se manifiestan de inmediato, pero su carácter acumulativo pone de relieve la importancia de la prevención y la monitorización continua.

Más allá de la salud, las emisiones no intencionadas pueden incidir en otros ámbitos. En el plano ambiental, puede contribuir a la alteración de ecosistemas y a la pérdida de biodiversidad, además de tener un papel en fenómenos globales como el cambio climático. En paralelo, los propios equipos e infraestructuras industriales se ven afectados, ya que ciertos contaminantes aceleran procesos de corrosión o desgaste que reducen la vida útil de activos críticos.

Todo ello se traduce en un impacto económico que no se limita a posibles reparaciones o paradas no planificadas, sino que también alcanza a la productividad y a los costes asociados a bajas laborales. Por ello, abordar de manera integral la calidad del aire industrial no solo supone un compromiso con la salud y el medio ambiente, sino también una estrategia de competitividad y eficiencia para las organizaciones.

Soluciones para mitigar la contaminación del aire en la industria

La gestión eficaz de la calidad del aire y la exposición a agentes químico en entornos industriales requiere un enfoque integral que combine innovación tecnológica, buenas prácticas operativas y mantenimiento preventivo. Entre las estrategias más destacadas se incluyen sistemas de captación de polvo y humos para reducir partículas en suspensión en áreas críticas, tecnologías de filtración y depuración adaptadas a cada tipo de contaminante y caudal de proceso; así como la optimización de procesos y la sustitución de materiales por alternativas menos contaminantes. Asimismo, el mantenimiento preventivo y el control en la fuente resultan esenciales para garantizar un funcionamiento eficiente de los equipos y minimizar riesgos asociados a la exposición ambiental.

En este ámbito, ITENE desempeña un papel fundamental, desarrollando soluciones personalizadas basadas en tecnologías avanzadas de monitorización ambiental. Sus sistemas permiten detectar y medir la concentración de contaminantes de manera precisa y en tiempo real, incluyendo nanomateriales, ofreciendo a las empresas herramientas para proteger la salud de sus trabajadores, preservar el entorno y optimizar la eficiencia de sus procesos productivos. Gracias a la combinación de conocimiento técnico, innovación y experiencia aplicada, ITENE contribuye a transformar el control y monitorización de las emisiones y exposición a contaminantes en una ventaja competitiva y un compromiso tangible con la sostenibilidad y la seguridad.

Hoy en día, disponer de información en tiempo real es esencial para la toma de decisiones. La digitalización ha permitido avanzar hacia sistemas inteligentes de seguimiento que ofrecen datos continuos sobre contaminantes específicos. Estos sistemas, combinados con las mediciones realizadas por los técnicos de prevención y/o las mediciones llevadas a cabo para la evaluación de la calidad del aire en interiores, facilitan la evaluación de riesgos y la aplicación de medidas inmediatas.

Es por ello que la tendencia apunta hacia soluciones integradas que no solo midan, sino que permitan predecir escenarios de exposición y optimizar la gestión ambiental de forma proactiva. ITENE trabaja en esta línea, desarrollando herramientas que incorporan sensórica avanzada, analítica de datos e inteligencia artificial para transformar la monitorización en una ventaja competitiva.

En definitiva, la calidad del aire interior y el control de la exposición a agentes químicos en ambientes industriales no es solo una cuestión de cumplimiento normativo: es un factor decisivo para proteger la salud de los trabajadores, preservar el medio ambiente y garantizar la competitividad de las empresas. Medir, entender y actuar sobre los riesgos asociados a la contaminación en entornos productivos requiere una combinación de innovación tecnológica, gestión responsable y compromiso con la sostenibilidad.

Nuevas herramientas tecnológicas como la monitorización avanzada, impulsada por centros tecnológicos como ITENE, representa un paso esencial hacia entornos industriales más seguros, resilientes y sostenibles.