Tintas funcionales y recubrimientos avanzados: protagonistas para un envase alimentario seguro

13/05/2025

En una sociedad cada vez más exigente con la calidad de los productos que consume, el envase ha pasado de ser un mero recipiente en que se conservan y transportan alimentos, a una herramienta que puede ayudar a mejorar la seguridad y sostenibilidad tanto del producto como de toda la cadena de valor. Un envase con errores de diseño o fabricación con materiales inadecuados puede comprometer la salud del consumidor, reducir la vida útil del producto y tener un efecto negativo para el medioambiente. Por eso, garantizar envases seguros y sostenibles se ha convertido en una prioridad tanto para la industria como para los reguladores europeos. 

El Reglamento (UE) 2025/40, publicado el pasado 22 de enero de 2025 y cuyas medidas serán de aplicación obligada en un máximo de 18 meses, representa un hito en la legislación europea sobre envases y residuos de envases. Esta normativa establece nuevos requisitos para garantizar la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y la economía circular en la Unión Europea.

industria gráfica, tintas

En este contexto, las tintas funcionales y los recubrimientos avanzados ganan protagonismo como componentes técnicos esenciales para cumplir con las exigencias de la Unión Europea y fomentar el uso de envases alimentarios seguros, ya que pueden actuar como una barrera eficaz contra posibles contaminantes y migraciones no deseadas, asegurando que los alimentos no se vean afectados por sustancias nocivas que puedan estar presentes en los envases.  

Además, con el uso de tintas biobasadas y recubrimientos diseñados para ser reciclables o compostables, se facilita el posterior procesamiento de los envases, alineándose con los objetivos de reciclabilidad, reutilización y reducción de residuos del reglamento. De hecho, según las nuevas directrices, los requisitos de sostenibilidad que se aplican a los envases se deben cumplir también en los materiales auxiliares que los conforman. Esto incluye las tintas, adhesivos y recubrimientos. 

En los envases, las tintas ya no solo sirven para imprimir logotipos o información nutricional, ahora también pueden proteger los productos. Gracias a las tintas funcionales ya es posible crear etiquetas que no transfieran componentes al alimento o que contribuyan a prolongar la vida útil del producto envasado. Por su parte, los recubrimientos avanzados actúan como verdaderas “pieles inteligentes” del envase, ya que pueden evitar la transferencia de oxígeno, vapor de agua o grasas, protegiendo tanto la calidad del alimento como la integridad del propio envase. 

El centro tecnológico ITENE lleva años trabajando en el desarrollo de soluciones de este tipo, con el objetivo de combinar funcionalidad, seguridad y sostenibilidad. Por ejemplo, para envases compostables dispone de tintas biobasadas, biodegradables y compostables que no pierden calidad en la impresión. Mientras que para envases reciclables trabaja en recubrimientos avanzados que ayuden a la reducción de capas y espesores en envases multicapa, así como para desarrollar recubrimientos monomaterial que permiten mantener las propiedades de barrera sin comprometer la reciclabilidad del conjunto.

envase para palomitas con tinta susceptora

Además, el reglamento prohíbe expresamente que a partir de 2026 los envases en contacto con alimentos utilicen las llamadas “sustancias químicas persistentes” como las sustancias alquiladas perfluoradas y polifluoradas (PFAS) por encima de determinados umbrales. Una medida que busca proteger la salud humana y el medio ambiente, y para la que ITENE ha desarrollado nuevos recubrimientos con propiedades similares, pero sin su toxicidad y persistencia. 

Como hemos visto, el Reglamento (UE) 2025/40 ha reactivado el cambio en la industria del envase alimentario y quedarse atrás no es una opción. Esta transformación pasa por rediseñar todos los materiales que conforman los envases, y en ese rediseño, las tintas funcionales y recubrimientos avanzados no son un capricho tecnológico, sino una nueva necesidad regulatoria para seguir siendo competitivos en un mercado cada vez más exigente. Y, especialmente, una gran oportunidad para que las empresas y fabricantes del sector alimentario fomenten la innovación en el diseño de envases más seguros, eficientes y sostenibles con el objetivo de reducir el impacto ambiental.