Save Food, iniciativa mundial contra el desperdicio alimentario
Ante la alarma creada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura sobre el desperdicio alimentario, surge Save Food, una iniciativa que comenzó en 2011 y que reúne ya a más de 120 socios.
La iniciativa Save Food es una campaña a nivel mundial cuyo objetivo es evitar las pérdidas de alimentos que ascienden, según informa la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), a 1.300 millones de toneladas anuales.
Actualmente, el desperdicio de comida se ha convertido en uno de los principales problemas de la sociedad de consumo en el ámbito internacional. Según estudios desarrollados por la Comisión Europea y la FAO, en Europa se desperdician cerca de 90 millones de toneladas de alimentos cada año.
El desperdicio alimentario procedente de la industria fabricante, servicios de restauración y catering, gran distribución y vendedores al por mayor, representa el 58% de todos los residuos de comida generados en la Unión Europea, responsable de la cantidad de 99 millones de toneladas de CO2 emitidas anualmente. Esto es equivalente a casi el 2% de todas las emisiones generadas en la UE en 2008 (de acuerdo con los datos de EUROSTAT). Asimismo, con unos incrementos tanto en población como en su capacidad adquisitiva, la generación de desperdicio alimentario podría saltar hasta los 126 millones de toneladas al año hacia 2020 si no se llevan a cabo acciones que lo impidan.
Generalmente, el desperdicio alimentario viene asociado al comportamiento de los minoristas o usuarios y consumidores finales. De hecho, los principales focos de desperdicio alimentario se sitúan en los propios hogares, con un 42% del total de las pérdidas y en los productores de alimentos, con un 39%. Sin embargo, los supermercados, acogen una pérdida de alimentos del 5%.
Una de las soluciones impulsadas por la iniciativa Save Food es la de garantizar que el alimento se envase adecuadamente, de modo que se prolongue su vida útil. Esto se debe a que el desperdicio alimentario se refiere, sobre todo, a las pérdidas de alimentos derivadas de la decisión de desecharlos cuando todavía tienen valor. Una de las causas es la falta de comunicación entre producto y consumidor que afecta, por ende, a todos los implicados en la cadena de distribución y suministro de alimentos.
Proyectos
Según informa la directora de I+D de ITENE, Susana Aucejo, “una de las tendencias de I+D para resolver todo este asunto se encuentra en el desarrollo de tecnologías de envase activo, capaces de extender la vida útil de los productos incluso el doble de tiempo que el envasado convencional actual”. Esta solución evita pérdidas de alimentos no solo en domicilios sino también en la industria y sectores comerciales.
Otra posible solución es el desarrollo de envases inteligentes, es decir, un envase capaz de proporcionar información de valor al usuario y al consumidor sobre el deterioro actual del producto. Esto sirve para que el consumidor o el personal de distribución tomen decisiones más exactas que si se guían por la fecha de caducidad, generalmente incierta.
El Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística, ITENE, que colabora con la FAO y con esta iniciativa, está llevando a cabo numerosos proyectos con la finalidad de poner fin a este problema alimenticio.
Uno de ellos es el proyecto ACTIPACKMEAT, que consiste en el desarrollo de un packaging activo que consigue alargar la vida útil de productos cárnicos envasados y contribuye a la reducción del desperdicio alimentario.
Por otro lado, colabora con un proyecto que incluye en el envase unas etiquetas que cambian de color en función del estado en el que se encuentra el producto, indicando si es apto para su consumo o su grado de frescura. Así pues, tanto consumidor como personal de la distribución disponen de esta información y pueden consumir el alimento si la etiqueta indica que su estado es todavía adecuado para su consumo, otra medida para reducir el desperdicio alimentario.
El proyecto SCAVENPACK se centra en la mejor conservación de las frutas y hortalizas frescas por medio de un envase capaz de prolongar su vida útil en al menos un 20% mediante la ralentización de su proceso de maduración y deterioro.
Si bien es cierto que las medidas aplicadas por todos los socios implicados están dando resultados satisfactorios, el desperdicio alimentario es un asunto de alta relevancia que exige nuevas líneas de investigación y desarrollo de nuevos proyectos.
Es por ello que la organización de la iniciativa Save Food solicita e invita a las compañías del sector privado y a organizaciones de todo el mundo a unirse a su red de asociados, con el fin de solventar uno de los mayores retos a los que se enfrenta la cadena alimentaria.