El cálculo de la Huella de Carbono como herramienta para la reducción de costes empresariales
11/07/2014
Aunque en este momento la normativa española, recientemente aprobada, deja a voluntad de la empresa este cálculo, es cierto que hay una tendencia a nivel europeo a convertirlo en una obligación, por lo que se trata de adelantarse a requisitos futuros.
La sostenibilidad en la empresa ha dejado de ser una actitud voluntarista para convertirse en una gran oportunidad de reducir los costes y mejorar la rentabilidad de las compañías. Entre todas las iniciativas que actualmente las empresas están desarrollando para mejorar sus ratios, estos días ha cobrado especial relevancia el conocimiento de la Huella de Carbono, ya que recientemente se ha aprobado un Real Decreto que invita a conocer este dato, establecer planes para reducir la emisión de Gases Efecto Invernadero (GEI) y por tanto, mejorar sus datos de empresa sostenible.
Este nuevo Real Decreto establece un registro nacional de Huella de Carbono, compensación y proyectos de absorción. Y de ahí las empresas podrán obtener un sello nacional que acredite que han calculado su huella de carbono.
Pero más allá de la voluntariedad de la norma, calcular la huella de carbono permite a las empresas conocer el consumo energético de su actividad y el impacto ambiental que genera. El paso siguiente es incorporar medidas correctoras que permitirán a las empresas reducir costes.
En este punto, cabe señalar que la huella de carbono se puede conocer tanto de una organización, como de un producto. En el primer caso, se trata de un inventario de los Gases Efecto Invernadero que emite la empresa en su proceso de producción, incluyendo instalaciones productivas y vehículos adscritos a la compañía. En el caso de la Huella de Carbono de un producto, se trata de la suma de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero que intervienen en la producción del éste.
Para una empresa, conocer su Huella de carbono tiene unas motivaciones que van desde la exigencia de sus propios clientes hasta la mejora de la imagen de marca y de su reputación. Asimismo, para las empresas resulta una diferenciación frente a su competencia y, en el caso de empresas exportadoras a determinados países, se trata de un cumplimiento legal, como es el caso de Francia. Y con todo eso, el trabajo que se realiza en una organización para conocer su Huella de carbono permitirá a la empresa la optimización de costes y la mejora de su sostenibilidad.
Además, aunque en este momento la normativa española, recientemente aprobada, deja a voluntad de la empresa este cálculo, es cierto que hay una tendencia a nivel europeo a convertirlo en una obligación, por lo que se trata de adelantarse a requisitos futuros.
El cálculo de la Huella de Carbono es una de las iniciativas que puede tomar una empresa para mejorar su sostenibilidad pero es, sobre todo, un proceso de mejora continua que permite a las compañías medir el progreso interno de la organización y de los productos. Y desde luego, será un indicador clave del rendimiento de las empresas y un factor crítico para la inversión.